Autoexigencia: La ladrona de Autoestima

Hoy vengo a hablarte sobre la autoexigencia desmesurada. El vivir hacia afuera y con el foco puesto en qué pensarán o qué resultado voy a obtener hace que, si esto se da en gran mesura, me desdibuje y me pierda.

¿Crees que te exiges demasiado?

¿Qué aspectos positivos o negativos consideras que tiene ser autoexigente?

¿Hasta qué punto consideras que te va bien serlo?

Imaginemos que la autoexigencia es una línea recta muy larga. En un extremo se situaría la versión más radical de la misma, vamos a llamarla “la dictadora híper-estricta”, si seguimos esta línea recta llegamos finalmente al otro extremo, donde se situaría la versión más light, “la cómoda”. En términos de crecimiento personal podríamos ver cómo de necesario es encontrar el equilibrio en ese continuo para no terminar asentándonos en uno u otro extremo. Ni la dictadora híper-estricta ni la cómoda te van a ayudar a avanzar en tu camino.

El punto adecuado que me equilibra en la autoexigencia es aquel que me motiva a avanzar y a fijar metas. En el momento en que me desequilibro y se descontrola la autoexigencia aparece frustración, malestar emocional y ansiedad. Así que te invito a que, en primer lugar, tomes conciencia de en qué punto de esa línea recta te encuentras y, en caso que observes desequilibrio, poco a poco lo regules.

Pretender alcanzar lo inalcanzable o ponerme metas poco realistas hará que, al no poder conseguirlas todas, de manera implícita empiece a atribuirme conceptos a mí mismx del tipo “no puedo”, “no valgo” u otros parecidos que, a su misma vez, minan mi autoestima.

¿Cómo puedo regular la autoexigencia? Seguidamente te doy unos tips a nivel general:

–   Cambia la perspectiva hacia adentro, revalora el motivo por el cual estás intentando conseguir tal cosa. ¿Es por ti o por algo externo?

–   Evalúa tus recursos disponibles (¿qué puedes hacer ahora en las condiciones que tienes o estás?).

–   Reenfoca tus metas en caso que no puedan conseguirse con tus recursos disponibles actuales (quizás necesitas darles un poco más de tiempo, pedir ayuda o fragmentarlas en varias mini-metas para que sean más asequibles).

–   Felicítate por tus logros diarios, ¿quién mejor que tú mismx para valorar tu esfuerzo?

Espero de corazón que si te resuena esto puedas reenfocarlo e ir por la vida con una carga mucho más liviana.

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